miércoles, 11 de noviembre de 2015

Robocop, el viejo héroe de la infancia

La figura del hombre metálico salvando a la gente con una pistola que desenfundaba desde un muslo es lo primero que llega a mí mente cuando alguien menciona la palabra Robocop. Como muchos niños de los años 90’s crecí con una videocasetera bajo el televisor de mi hogar; esa pequeña caja negra solía reproducir todas las películas que me atrapaban y mantenían frente a la televisión por horas. Había desde caricaturas, telenovelas, comedias   hasta  noticias que mi padre grababa de vez en cuando, ahí también estaba Rocobop.

Esa lejana película creada en 1987 me intrigaba e hipnotizaba; el poder del hombre metálico capaz de barrer todo a su paso me inspiraba una extraña especie de mezcla entre miedo, admiración y respeto.   Siempre que solían aburrirme los dibujos animados o programas de la televisión  optaba por buscar aquella película, por un tiempo termine por ser un completo admirador de aquella extraña figura policiaca que recorría las calles en un insólito futuro; tenía juguetes,  máscaras, playeras incluso videojuegos donde aparecía el robot policía.
Pero los años pasaron y aquella fascinación se fue disolviendo con el trascurrir del tiempo. Crecí y mis intereses se alejaron mucho de las heroicas figuras salvando al mundo con un arma desenfundada,  se acercaron a los textos, a los noticieros, y al rumbo que tomaría mi vida.  Por más de una década olvide su existencia pero un día de forma súbita me di cuenta que solo es cuestión de tiempo antes de que los recuerdos de nuestra infancia vuelvan a recorrer nuestra cabeza.

En una ocasión, durante un pequeño viaje en autobús apareció la nueva versión de la película ochentera, haciéndome recordar sutilmente mis aventuras de niño, a veces  cubierto con la máscara de aquel personaje u otras veces creando historias con su figura de plástico. Por unos días comenté el film con mis amigos y  compañeros, más por la extraña nostalgia que despertaba en mí que a su trama, que en verdad yo consideraba aburrida y patética. Pasaron semanas y  de nuevo me olvide del tema, sin embargo una noche mientras veíamos la televisión con mi novia el comedor, apareció la peculiar máscara plateada cubriendo toda la pantalla del monitor luego de zapear muchos canales.

Miré la película y me envolví en ella. La escena era justamente el momento en el que Robocop regresa a su vieja casa, donde vivió junto a su familia. Ese instante justo donde al recorrer dichos muros y aturdido por los recuerdos que invaden su memoria digital, el robot policía recuerda quien es y de donde viene. Desde ese momento hasta el final el viejo film me atrapó y me hizo recordar  lucidamente aquellas lejanas tardes perdidas en mi memoria desde hace más de quince años.

Pero no solo eso, ahora pude ver aquella vieja película con una mirada más inquisitiva y diferente; cada escena parecía nueva de una  alguna forma aunque fuera la misma.  Coloqué especial atención en aspectos que nunca antes vi,  me impresionaron muchas cosas de ese film que recordaba más por sus escenas de disparos y su constante acción hollywoodense que por si intrigante y curiosa trama.   Me quede atento hasta que aparecieron los créditos, entonces entre  de los muchos pensamientos que llegaron a  mi cabeza destacaron dos; uno de ellos eran las similitudes entre la realidad y la fantasía.

Pero aún después de que acabó no pude sacar de mi mente ese momento en el que el hombre llega a su casa y observa con un rostro humano su viejo hogar, recordando las sonrisas de su hijo y las caricias de su esposa.  La figura de esa persona transformada en maquina me causo una fuerte impresión, nunca había visto con esa mirada aquel filme, incluso hasta ese entonces me parecía tan poco trascendental como cualquier otra película de acción estadounidense. Sin embargo ahora todo había cambiado, observé desde otras perspectivas, imaginé la angustia de ese hombre a volver al saber que solo  vera a su familia perdida en su memoria.  Este sentimiento se volvió más intenso cuando esa figura más humanizada que robótica se acerca su vieja compañera de trabajo en otra escena; Robocop pregunta por su familia y ella le consta que se marcharon a otra ciudad, entonces con una mirada perdida, el rostro sin máscara de Murphy(nombre humano de Robocop) voltea hacia ella solo para decirle “Puedo sentirlos, pero no recordarlos”, luego le pide a su amiga que lo deje solo.

No solo esto,  el ambiente  también me cautivó;  la película se desarrolla en un futuro desolador donde la policía no es capaz de enfrentar a los criminales y donde el caos reina por gran parte de las calles. Ante dicha circunstancia las autoridades se ven forzadas a realizar cuestionables métodos éticos para hacer valer la ley, al grado que estos mismos  terminan por hacerlos parecer los propios criminales en gran medida por sus acciones deshumanizadoras. Por si esto no fuera poco, los pocos cuerpos de seguridad que existen en las ciudades se perciben débiles y desunidos, al grado de que se plantea una huelga.


 Esta tarde cuando acabe de pensar en la vieja película de mi infancia otra sensación me recorría,  no pude pensar en lo similar que resultaba ese futuro imaginario en aquella película,  salvo por el humanoide robotizado casi todo lo demás se podía respirar igual. Entonces al son de mis pisadas contra el suelo imaginé  que ese futuro que ellos pensaron lejano llegó antes de lo esperado, y que de hecho lo estebábamos viviendo ahora mismo nosotros, solo que para nuestro pesar no existía un héroe robot capaz de salvarnos. Que el tiempo hable.

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